Las noches estrelladas y solemnes parecían altivas damas ataviadas con terciopelos enjoyados, que acariciaran en sus casas, recluidas de su orgullo solitario , el recuerdo de sus ausentes barones victoriosos, los soles de los yelmos dorados... Para dormir, era difícil elegir entre días tan placenteros y noches a tal punto seductoras.
Moby Dick, Capítulo 29
sábado, 18 de octubre de 2008
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2 comentarios:
Eres perfecto.
y quien lo dice!
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